No se hubiese entendido la Sociología ni otras Ciencias Sociales sin la investigación y el análisis riguroso basado en observaciones empíricas. Para conocer lo social, su rápida y compleja evolución, esta contribución ha sido fundamental, hasta el punto de situarse en el epicentro del desarrollo de las ciencias sociales y así mismo ha sido referencia fundamental de la reflexión y las elaboraciones teóricas.

El oficio del sociólogo en una gran medida ha consistido en investigar, tarea que aunque no única ha destacado especialmente. Yendo más allá de lo estrictamente académico, la investigación social aplicada ha tenido un gran desarrollo a lo largo del Siglo XX y continúa en creciente expansión durante el actual Siglo XXI, desbordando las fronteras de la Sociología, la Etnografía y otras Ciencias Sociales en las que nació. En el ámbito profesional, ha orientado y dirigido la actividad de marketing, de los recursos humanos, de la intervención social, de la actividad política, y ha contribuido al mejor conocimiento y mejorar la eficacia de los servicios públicos y de todo tipo de organizaciones.

No se hubiese entendido la Sociología ni otras Ciencias Sociales sin la investigación y el análisis riguroso.

Ese desbordar de las propias disciplinas, las que la han originado, ha sido causa y efecto del éxito de la investigación y análisis social, y a su amplia implantación en el tejido social y laboral. El habitual recurso a la encuesta por parte de todo tipo de organizaciones y profesionales, o la expansión de los big data son algunos ejemplos, sin olvidar la implantación del grupo de discusión como una de las piezas angulares de la investigación de marketing. La difusión y vulgarización de las técnicas de investigación y análisis social se han expandido entre profesionales muy diversos, a veces legos en los métodos y técnicas de investigación utilizados.

Es no obstante necesario, para que la sociedad en su conjunto se beneficie de los resultados de la investigación, los valore y los encuentre útiles, mantener el rigor metodológico que garantiza la calidad de la información aportada. Este rigor metodológico (científico) y la implementación ad hoc de metodologías y técnicas diversas, adaptadas a enfoques y situaciones muy variados, ha formado parte de la clave del éxito de la actividad investigadora en el ámbito de lo social, tanto en las vertientes académica y profesional, y la clave de su adaptación a los muy versátiles aspectos de la vida social que han sido aprehendidos mediante su praxis y el desarrollo de ese bonito oficio que es la investigación.

Es no obstante necesario (…) mantener el rigor metodológico que garantiza la calidad de la información aportada.

Quizás este rigor metodológico sea el testigo que tienen que recoger los estudiantes y jóvenes profesionales egresados de la Sociología y otras Ciencias Sociales para mantener la calidad y las buenas prácticas de las actividades de la investigación. A estas nuevas generaciones les corresponde principalmente responder a este desafío y también saber aprovechar las excelentes oportunidades profesionales que la investigación les está brindando.

 

Millán Arroyo Menéndez
Profesor titular del Departamento de Sociología IV (UCM)
Vicedecano de Doctorado e Investigación

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